28. Salvación De La Pena Del Pecado por Lewis Sperry Chafer
A. El significado de la salvacion
La revelación divina en cuanto a la salvación debería ser dominada
por cada hijo de Dios: 1)
puesto que la salvación personal depende
de ello, 2) es el mensaje que Dios ha comisionado
al creyente a proclamar al
mundo,
y 3) descubre la completa
medida del amor de
Dios.
De acuerdo a su
amplio significado
como se
usa
en la Escritura,
la
palabra «salvación» representa la obra total de Dios por medjo de la cual Él rescata al hombre de la ruina eterna y la sentencia del pecado y le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna ahora y en la gloria eternal
en
los cielos. «La salvación
es de Jehová» (Jon. 2:9).
Por lo tanto, en cada
aspecto es una obra de Dios en favor del hombre, y no es en ningún sentido una obra del hombre
a favor de Dios.
Ciertos detalles de esta empresa divina han variado de edad en edad. Estamos seguros de que,
comenzando con Adán y continuando con Cristo, aquellos individuos quienes ponen su confianza en
Dios han sido renacidos
espiritualmente y hechos herederos
de la gloria en los cielos. De igual
manera,la nación
de Israel
renacerá espiritualmente de una vez» en el tiempo de la venida
del Señor (Is. 66:8).
También se dice que las multitudes
tanto de judíos como de gentiles que vivan en la tierra durante el reino venidero conocerán al Señor
desde el más pequeño hasta el más grande (Jer.
31:34). Sin embargo, la salvación
ofrecida a los hombres en la edad presente no solamente está revelada
más completamente en la Biblia en cuanto a sus detalles, sino que también excede
grandemente cualquier otra obra salva-dora de Dios en
las maravillas que lleva
a cabo, puesto que
la salvación
que se ofrece en la edad presente incluye cada
una de las fases de la obra de
gracia de
Dios tal
como
el morar, el sellar y el bautismo del Espíritu.
B. La salvacion como el remedio de Dios para el pecado
Aun cuando se hacen
ciertas distinciones en la doctrina bíblica del pecado, hay dos hechos universales
que deben considerarse en primer
lugar:
1. El pecado es siempre condenable,
ya sea que lo cometa el salvaje o el civilizado,
el no regenerado o el regenerado. Aunque
puede haber diferentes grados
de castigo para el pecador
(Lc.
12:47-48), todo pecado
es invariablemente «pecaminoso» en sí mismo, porque constituye una ofensa contra la santidad de Dios.
2. El único remedio para el pecado está en la sangre derramada del Hijo de Dios. Esto es tan
cierto cuando se trata de los que por medio de sacrificios de animales anticiparon
la muerte de Cristo en la
cruz, como lo es de aquellos que por fe miran ahora retrospectivamente hacia el sacrificio del Cordero de Dios.
Si la pena del pecado puede ser remitida es porque hubo otro que en su carácter
de sustituto satisfizo todas las demandas que la justicia divina tenía contra el pecador. En el antiguo orden, el pecador no era perdonado sino hasta que el sacerdote había presentado el sacrificio cruento para
expiación, el cual anticipaba la muerte de Cristo en la cruz (Lv. 4:20, 26, 31, 35; 5:10, 13, 16, 18;
6:7; 19:22; Nm. 15:25-26, 28). Y después que el sacrificio del Hijo de Dios se ha consumado, prevalece la misma verdad tocante a que su sangre
derramada en el Calvario es la base del
perdón
para todo pecador. Este es el testimonio de la Palabra de Dios:«En quien tenemos redención por
su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia» (Col. 1:14; Ef. 1:7).
La muerte vicaria de Cristo es infinitamente perfecta en su eficacia redentora, y, por lo tanto, el
pecador que confía en Él es no solamente perdonado, sino también justificado
para siempre (Ro.
3:24). Dios nunca ha tratado el
pecado con lenidad. Al pecador no se le impone ninguna carga por el perdón; pero si es perdonado se debe tan sólo a que el castigo divino por el pecado cayó con
todo su rigor sobre el Cordero de Dios (1 P.2:24;
3:18).
C. El pecado antes de la cruz y
despues de la cruz
1. Se
dice que el método divino de
tratar con el pecado antes de La
cruz fue la expiación. Según su uso bíblico, la palabra «expiación» significa sencillamente «cubrir». «La sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados» (He. 10:4). La sangre del sacrificio
indicaba de parte del que lo ofrecía su reconocimiento de la justa pena de muerte impuesta sobre el pecador
(Lv. 1:4);
y
de parte de Dios era
una
anticipación de la sangre
eficaz que Cristo
derramara en la cruz. Por el hecho de simbolizar
la sangre derramada de Cristo, la sangre de la expiación servía para cubrir el pecado como en un pacto de promesa hasta el día cuando Cristo viniera a tratar en forma definitiva con el pecado del mundo.
Hay en el Nuevo Testamento dos pasajes que arrojan luz sobre
el significado de la palabra antiguo
testamentaria expiación.
a) En Romanos 3:25 la palabra «remisión» tiene el significado de «pasar por alto», y es en
relación con este significado que
se declara que Cristo
demostró en su
muerte que Dios había sido justo en pasar por alto los pecados cometidos
antes de la cruz y por los cuales la sangre de los sacrificios se había vertido.
Dios había prometido enviar al Cordero que sería capaz de quitar el
pecado del mundo, y en base de esta gran promesa había perdonado el pecado antes de la cruz.
Por consiguiente, por medio de la muerte
de Cristo quedó plenamente demostrado
que Dios ha
sido justo en todo lo que Él ha prometido.
b) En Hechos 17:30 se afirma que
Dios «pasó par alto» los tiempos de esta
ignorancia.
2. En
Romanos
3:26 se declara cuál ha sido
el método divino de tratar con
el pecado después de la cruz. Cristo ha muerto. El valor de su sacrilegio no es ya un asunto de expectación que debe tomarse coma un pacto de promesa y simbolizarse par la sangre de las animales ofrecidos en el
altar; la sangre de
Cristo ha sida
derramada, y ahora
lo único que se demanda de
toda persona, sin tomar en cuenta cual sea su grada
de culpabilidad, es que crea en la que la gracia infinita ha consumado para salvación
del pecador. El versículo
que tenemos delante revela que los juicios
que pesaban sobre cada pecador Cristo los llevó completamente en la cruz, a fin de que Dios pudiera permanecer justo, a sea inalterable en su santidad.
Aparte de todo castigo, Él justificará al pecador que tan sólo crea en Jesús.
Como antes se ha dicho, la palabra expiación, la cual aparece sólo en el Antiguo Testamento,
significa.<pasar sobre», «pasar par alto» y (<cubrir» el pecado; pera cuando Cristo trató con el
pecado en la cruz, Él no solamente lo pasó por alto o lo cubrió. De su sacrificio
infinitamente eficaz se ha dicho: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jun. 1:29; Cal.
2:14; He. 10:4; 1 Jn. 3:5). «Quien llevó
el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero» (1 P.2:24). Cristo no contemporizó
con el pecado, ni lo trató
parcialmente en la cruz. El gran problema existente entre Dios y el hombre fue allí solucionado en tal forma que aun la santidad
de Dios quedó plenamente satisfecha, y la única pregunta que aun permanece en pie es si el hombre está satisfecho
con lo que satisface a Dios. Aceptar la obra que Cristo realizó
en el Calvario por nosotros es
creer en Él para salvación
del alma.
D. Los tres
tiempos de la salvacion
1. El tiempo pasado de la salvación está revelado en ciertos pasajes los cuales, cuando hablan
de la salvación, se refieren a ella
siendo completamente en el pasado,
o completada
para el que ha creído (Lc. 7:50; 1 Co. 1:18; 2 Co. 2:15; Ef. 2:5, 8). Tan perfecta es esta obra divina que del salvado se dice que está
salvado para siempre
(Jn. 5:24; 10:28, 29; Ro. 8:1).
2. El tiempo presente de la salvación, el cual será el tema del próxirno capítulo, tiene que ver con la salvación
presente del poder del pecado (Ro. 6:14; 8:2; 2 Co. 3:18; Ga. 2:19-20; Fil. 1:19;
2:12-13; 2 Ts. 2:13).
3. El tiempo futuro de la salvación
contempla que el creyente será aún salvo dentro de total conformidad con Cristo (Ro. 8:29; 13:11; 1 P.1:5; 1 Jn. 3:2). El hecho de que algunos
aspectos de la salvación están aún por ser cumplidos para el que cree no implica que hay terreno de duda en cuanto
a su cumplimiento final; pues en ninguna parte se enseña que ningún rasgo de la salvación
depende sobre la fidelidad del hombre. Dios es fiel y, habiendo comenzado una buena obra, la perfeccionará hasta el día
de Jesucristo (Fil. 1:6).
E. La salvacion como la obra terminada de Cristo
Cuando se contempla la obra de Dios para los hombres perdidos, es importante distinguir entre
la obra acabada de Cristo por todos, la cual está completa
en una perfección infinita, y la obra
salvadora de Dios, la cual es aplicada para y en el individuo en el momento en que el cree en Cristo.
«Consumado es» es la última frase registrada de Cristo antes de su muerte (Jn. 19:30). Es evidente que Él no se estaba refiriendo
a su propia vida, su servicio o su sufrimiento; sino más
bien a una obra especial la cual
su Padre le había dado para hacer, la
cual ni aun había comenzado
hasta que Él estuvo en la cruz
y que fue completada cuando murió.
Esto era definidamente
una obra para todo el mundo (Jn.
3:1ó; He. 2:9), y proveyó redención
(1
Ti.
2:6), reconciliación (2 Co. 5:19) y propiciación
(1 Jn. 2:2) para cada hombre.
El hecho de que Cristo haya muerto no salva a los hombres, pero provee una base suficiente
sobre la cual Dios, en completa armonía con su santidad,
es libre para salvar aún al peor de los
pecadores. Estas son las buenas nuevas
las cuales el cristiano
está comisionado
a proclamar a
todo el mundo. La sangre del Unigénito y amado Hijo de Dios fue lo más precioso
delante de sus ojos; sin embargo, fue el pago para el rescate del pecador. La ofensa del pecado había separado
al pecador de Dios, pero Dios proveyó a su propio Cordero para quitar el pecado para siempre. Los
santos juicios de Dios estaban contra el pecador a causa de su pecado; no obstante, Cristo fue la propiciación para el pecado de todo el mundo.
El hecho de que todo esto esté ya terminado constituye un mensaje el cual se pide al pecador que
crea como el testimonio de Dios. Uno apenas puede creer que alguien que haya oído este mensaje no haya experimentado un sentido de alivio de que el problema del pecado ha sido
solucionado de esta
manera,
y que haya respondido en un sentido de gratitud a Dios por esta
bendición gratuita.
F. La salvacion
como obra salvadora de Dios
La obra salvadora de Dios, la cual se cumple en el momento en que uno cree, incluye varias fases de la obra
de
Dios
en
la gracia:
redención,
reconciliación, propiciación, perdón, regeneración, imputación, justificación, santificación, perfección, glorificación. Por medio de ella somos hechos capaces de ser participes de la herencia de los
santos (Col. 1:12), hechos aceptos en el Amado (Ef. 1:6), hechos hijos de Dios (Jn. 1:12), hechos ciudadanos de los cielos (Fil. 3:20),
hechos una nueva creación (2 Co. 5:17), hechos miembros de la familia de Dios (Ef. 2:19; 3:15),
hechos justicia de Dios (2 Co. 5:21), hechos cercanos
a Dios (Ef. 2:13) y hechos completos en Cristo (Col. 2:10). El hijo de Dios ha sido liberado del poder de las tinieblas
y trasladado al reino
del amado
Hijo de Dios (Col. 1:13), y ahora posee toda bendición espiritual (Ef.
1:3).
Entre las maravillosas obras de Dios mencionadas recientemente, la culpa y la pena del pecado han sido
quitadas; puesto que se dice del que es
salvo que es
perdonado de todas
sus
transgresiones y justificado para
siempre. Dios no podría perdonar y justificar aparte
de la cruz de Cristo, pero puesto que Cristo ha muerto, Dios es capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que vienen
a Él por medio de
Cristo Jesús.
G. La salvacion en relacion al pecado del salvo
1. El perdón de los pecados se cumple para el pecador cuando él cree en Cristo y es una parte
de su salvación. Muchas cosas que constituyen la salvación
son forjadas por Dios en el momento
que uno cree; pero el perdón nunca se recibe por parte del no salvo aparte de la obra completa de
la gracia salvadora sobre la base de creer en Cristo como Salvador.
2. En el trato divino con tos pecados del cristiano, es sólo la cuestión del pecado lo que se tiene en
vista, y el pecado del cristiano
es perdonado, no sobre la base del creer para salvación, sino
sobre la base de la confesión del pecado (1 Jn.
1:9).
El efecto del pecado del cristiano, entre otras cosas, es Ia perdida de la comunión con el Padre y con el Hijo y el contristar
al Espíritu que mora en el. El hijo de Dios que ha pecado será
restaurado a la comunión, gozo, bendición y poder
cuando confiese su pecado.
Mientras que el efecto del pecado sobre el creyente es la perdida de bendición, la cual puede
ser renovada por medio de la confesión, el efecto del pecado creyente sobre Dios es un asunto
mucho más seno. Pero Si no fuera por el valor de la sangre de Cristo derramada y de la presente
abogacía de Cristo en
los cielos (Ro. 8:34; He. 9:24; 1 Jn. 3:1-2), el pecado separaría a los cristianos de Dios para siempre. Sin embargo, se nos asegura que la sangre es eficáz (1 Jn. 2:2) y la causa del Abogado es justa (1 Jn. 2:1). El santo que peca no se pierde por su pecado, puesto que, aun cuando ha estado en el
momento del pecado, el tiene un Abogado con el Padre. Esta verdad, la cual forma únicamente las
bases en las cuales cualquier cristiano siempre ha sido mantenido salvo, lejos de animar a los cristianos
a que pequen, Se presenta en la Escritura con el fin de que el cristiano
«no peque» 0 «no permanezca en pecado» (1 Jn. 2:1). La gratitud
al Salvador abogado
por nosotros en los cielos debe encauzarnos
a dudar seriamente antes de rendirnos a la tentación.
H. La salvacion esta condicionada solamente
por la fe
En unos 115 pasajes del Nuevo Testamento se declara que la salvación del pecador depende sólo
de creer, y en aproximadamente 35 pasajes
se dice que depende
de la fe, lo cual es un sinónimo de creer. Creyendo, un individuo ejerce el deseo de confiar
en Cristo. Es un acto del
hombre en su totalidad, no solamente de su intelecto o su emoción. Mientras que el asentimiento intelectual no proviene de la fe real, y es meramente una motivación de las emociones, por lo tanto escasa en fe, el creer es un acto definido en el cual el individuo desea recibir a Cristo por la
fe.
En todas partes la Escritura armoniza con esta abrumadora verdad. Sólo Dios puede salvar un
alma, y Dios sólo puede salvar a través del sacrificio
de su Hijo. El hombre no puede sostener
ninguna otra relación para la salvación que creer
en el mensaje de Dios hasta el grado de volverse de sus propias obras para depender solamente en la obra de Dios a través de Cristo. Creer es lo
opuesto a hacer cualquler cosa; es, en lugar de ello, confiar en otro. Por lo tanto, se viola la Escritura
y toda la doctrina de la gracia se confunde cuando
la salvación se hace depender de
cualquier otra cosa que no sea creer. El mensaje
divino no es «cree y ora», «cree y confiesa
pecado», «cree y confiesa a Cristo», «cree y sé bautizado», «cree y arrepiéntete» o «cree y haz
restitución». Estos seis puntos
añadidos se mencionan en la Escritura, y allí tienen su total
significado propuesto; pero si fueran tan esenciales para la salvación como creer, nunca hubieran sido
omitidos de ningún pasaje donde se declara la manera para ser salvo (notar Jn. 1:12; 3:16,
36; 5:24; 6:29; 20:31; Hch. 16:31; Ro. 1:1ó; 3:22; 4:5, 24; 5:1; 10:4; Ga. 3:22). La salvación
es sólo a través de Cristo y, por lo tanto, los hombres son salvos cuando le reciben como su
Salvador.
PREGUNTAS
1. ¿Por qué
un hijo de Dios debe dominar la
doctrina de la salvación?
2. ¿Qué se incluye en la salvación en su más amplia dimensión?
3. ¿Hasta qué grado la salvación es la misma en cada edad, y hasta qué grado es más completa en la edad presente?
4. ¿Qué dos hechos
universales se muestran en la Escritura concerniente a la relación
de la salvación del pecado?
5. ¿Cómo trataba Dios con el
pecado en relación con la
salvación en el Antiguo
Testamento?
ó. ¿Cómo difiere
el trato de Dios con el pecado después
de la cruz del método del Antiguo
Testamento?
7. ¿Qué se muestra en los
pasajes que tratan con la salvación
en el pasado?
8. ¿Cómo se
revela la salvación como una obra presente de Dios?
9. ¿Qué se contempla cuando
la salvación se ve como futura?
10. Distinguir
entre la obra terminada de Cristo y la obra salvadora de Dios aplicada al individuo cuando este cree.
11. ¿Por qué
es verdad que el hecho de que Cristo haya muerto no
salva a todos los
hombres?
12. ¿Qué debe de esperarse como una respuesta de parte
del creyente cuando es salvo?
13. Nombrar algunas de las fases
importantes de la obra de gracia de Dios en salvar a los hombres
que están incluidas en palabras
doctrinales importantes.
14. ¿Cuáles
son algunos de los aspectos de la obra de Dios cumplida cuando
un individuo es salvo?
15. ¿Cómo se
relaciona la salvación con el perdón de los pecados?
1ó. En el
trato con los pecados del cristiano,
qué está incluido en su perdón?
17. Si un cristiano no confiesa su pecado,¿qué
es lo que pierde?
18. ¿Por qué la doctrina de que Cristo es nuestro abogado en el cielo puede llevar al cristiano
a vivir una vida de
pecado?
19. Exponga
la base escritural que demuestra que la salvación es sólo por la fe.
20. ¿Por qué el convencimiento intelectual
no es evidencia suficiente de
una fe real?
21. ¿Por qué la respuesta emocional es insuficiente para la salvación?
22. ¿Por qué la fe es un acto del hombre en
su integridad, intelecto, sentimientos y
voluntad?
23. ¿Por qué es un error adjuntar ciertas obras al acto de creer?
24. Explicar el hecho
de que las obras son un resultado
de creer en la salvación y no una
condición para obtener la salvación.
25. Explicar lo que el hombre debe hacer para
ser salvo.
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