24. Satanás: Su Obra y Destino por Lewis
Sperry Chafer
A. CONCEPTOS FALSOS
SOBRE SATANAS
Hay dos errores muy corrientes en cuanto a la persona de Satanás;
y puesto que solamente él
los está aprovechando para la realización de su propósito,
es razonable llegar a la conclusión de
que ellos son de origen satánico.
1. Muchos creen que Satanás
no existe en realidad
y que su supuesta persona no pasa de ser un principio de mal, o influencia, que se manifiesta en el hombre y en el mundo en general. Lo
erróneo de este concepto se demuestra al tomar en cuenta que hay la misma evidencia
abundante respecto a la personalidad de Jesucristo
como en cuanto a que Satanás es una persona real. Las Escrituras, que son la única palabra de autoridad en esta materia, consideran
que tanto Jesucristo
como Satanás son seres personales; y si la personalidad de Jesucristo
es aceptada en base a lo que la Biblia enseña, la
personalidad de Satanás debe aceptarse también sobre el mismo testimonio.
2. Otros
creen que Satanás es la causa directa de los pecados de cada
persona. Pero esta idea no está
en armonía con la verdad: a) porque, en primer lugar, el propósito principal de Satanás no es promover el
pecado en el mundo. El no tenía en un principio el intento de convertirse en un
demonio, sino el de ser «semejante
al Altísimo» (Is. 14:14); él no tiene tanto el ánimo de destruir
como el
de construir y realizar su gran ambición de autoridad
sobre este sistema
mundial,
en cuyo
programa se incluye cultura, moralidad y religión (2 Co. 11: 13-15). La idea de que Satanás es
actualmente la causa directa del pecado es falsa: b) porque la Biblia dice que los pecados vienen directamente del corazón depravado del hombre (Gn. 6:5; Mr. 7:18-23; Stg.
1:13-16).
B. LA OBRA DE SATANAS
Isaías 14:12-17 es uno de los muchos pasajes que dan testimonio acerca de la obra de Satanás. Este pasaje revela el original
y supremo propósito
de Satanás. El deseaba
ascender al cielo,
exaltar su trono sobre las estrellas
de Dios y ser semejante
al Altísimo. En la consecución de este fin
él echaría mano de sabiduría
y poder inmensurables; debilitaría las gentes; haría temblar la
tierra; trastornaría los reinos; convertiría
el mundo como un desierto; asolaría las ciudades y rehusaría
poner en libertad
a
sus presos. Aunque cada una de
estas
declaraciones
es
en
sí aterradora, hay entre ellas dos que
merecen especial atención:
1. «Seré semejante al Altísimo» (v. 14). Esta expresión indica el principal motivo que le guía en todas sus actividades después de su caída. Según lo que tenemos revelado en las Escrituras, el curso de las actividades de Satanás después de su caída moral puede trazarse solamente siguiendo la línea de lo que ha sido su motivo supremo: «ser semejante
al Altísimo». Este fue el propósito que con toda seriedad él
recomendó
a Adán y Eva (Gn. 3:5), y al
aceptar el ideal satánico, ellos
se independizaron de Dios,
quedaron dependiendo de sus propios recursos y el centro de su vida llegó a ser su propio yo. Además, esta actitud de Adán y Eva llegó a ser su misma naturaleza,
la cual han transmitido a su posteridad,
al grado de que todos sus descendientes son llamados
«hijos de ira» (Ef. 2:3; 5:6; Ro. 1:18), y ellos deben nacer otra vez (Jn. 3:3), y cuando ya son salvos, tienen que pasar por grandes conflictos si desean rendir su vida completamente a la voluntad de Dios.
También el deseo de Satanás de ser «semejante
al Altísimo» se ve en su pasión de ser adorado por Cristo (Lc. 4:5-7). Cuando por un breve momento el Hombre de Pecado «se asiente en
el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios» (2 Ts. 2:3-4; Dn. 9:27; Mt. 24:15; Ap.
13:4-8), el propósito supremo de
Satanás se habrá realizado bajo la voluntad permisiva
del Señor.
2. «A sus presos nunca abrió la cárcel» (v. 17). Esta expresión
se refiere al poder presente de
Satanás tanto sobre
los inconversos como a su incapacidad para ayudarles en su eterno juicio. Toda la profecía de donde
se extrae esta declaración trata
de lo que será la obra de Satanás ya consumada, en los días de su juicio final. No puede dudarse .de que en esta profecía hay mucho que
tendrá su cumplimiento
en el futuro;
sin embargo, sabemos que actualmente el diablo está haciendo todo lo que puede para impedir
que los no salvos sean libertados del poder de las tinieblas y trasladados
al reino del amado Hijo
de Dios (Col. 1: 13). Satanás anima a «los hijos de desobediencia» (Ef. 2:2), ciega la mente de los hombres para que no les resplandezca la luz gloriosa del Evangelio (2 Co. 4: 3-4) y mantiene al mundo inconsciente en sus brazos (1 Jn. 5:19,
V.M.).
Se revela asimismo que, como parte de su estrategia, Satanás procurará imitar las cosas de Dios,
lo cual va muy de acuerdo con su propósito
de ser «semejante al Altísimo». Por lo tanto, él
promoverá la creación y difusión
de muchos sistemas religiosos (1 Ti. 4:1-3; 2 Co. 11:13-15). Y
en relación con esto es necesario recordar que Satanás puede promover ciertas formas de religión
que estén basadas en ciertos
textos extraídos de la Biblia, que exalten
a Cristo como un caudillo
e incorporen todos los aspectos de la fe cristiana,
con la excepción de uno solo: la doctrina
de la salvación por la sola gracia de Dios, a base de la sangre derramada por Cristo en la cruz. Tales
errores satánicos están presentes en el mundo el día de hoy y multitudes son engañadas por ellos. Debemos poner
a prueba
esos sistemas religiosos
por la ac- titud que ellos adoptan hacia la gracia
divina que salva a través de la sangre eficaz del
Cordero de Dios (Ap. 12:11).
Evidentemente la enemistad de Satanás es contra Dios. El no es, de ningún modo, enemigo de los no
redimidos; y si dirige
sus «dardos de fuego» contra los hijos de Dios, esto se debe
solamente a que ellos participan de la naturaleza divina y, de consiguiente, él puede a través de
ellos atacar a Dios.
Asimismo debe recordarse que los hijos de Dios no son atacados por «carne» o «sangre», sino
que su conflicto se desarrolla
en la esfera de su relación celestial con Cristo. Esto significa
que posiblemente el
creyente no sea conducido a practicar
lo que es inmoral,
pero él puede fallar
completamente
en
lo
que toca a la
oración, al testimonio
cristiano y la victoria
espiritual. Debiéramos tener siempre presente que tal estado
de fracaso espiritual es tan deshonroso
a la vista de Dios como lo son aquellos pecados espontáneamente condenados por el mundo.
C. EL DESTINO DE SATANAS
La Palabra de Dios es tan explícita al referirse a la carrera y destino de Satanás como lo es
cuando nos habla
del origen de este ser extraordinario.
Hay contra
Satanás
cinco juicios progresivos que podemos distinguir en
las Escrituras:
1. La caída moral de Satanás.
Aunque el tiempo de este evento, que aconteció en el remoto pasado, no se nos ha revelado,
la caída moral de Satanás y su consecuente
separación de Dios se indican claramente en las páginas de
la Biblia (Ez. 28:15; 1 Ti. 3:6). Es evidente,
no obstante,
que él no perdió su posición
celestial, ni la mayor parte de
su poder, ni su acceso a Dios.
2. El juicio de Satanás en la cruz. Por medio de la cruz Satanás fue juzgado de una manera completa (Jn. 12:31;
16:11; Col. 2:14-15);
pero la ejecución de la sentencia queda pendiente
todavía para el futuro. En el jardín del Edén Dios predijo esta sentencia y su respectiva ejecución (Gn. 3:15).
3. Satanás será arrojado del cielo. A mediados de la Gran Tribulación y como resultado de una
guerra en el cielo, Sa- tanás será arrojado de las alturas y limitado
en sus activi-
dades tan sólo a la tierra.
Entonces él actuará con grande ira,
sabiendo que no tendrá sino un poco de tiempo
para continuar su obra
(Ap. 12:7-12; cf. también Is. 14:12;
Lc. 10:18).
4. Satanás
será confinado al abismo. Durante los mil años del reino de Cristo sobre la tierra
Satanás estará atado en el
abismo; pero después
será suelto por «un poco de tiempo»
(Ap. 20:1-3,
7). El propósito para confinarle
al abismo es para
hacer imposible
que
actúe
y
continúe engañando a las naciones.
5. La condenación final de Satanás al final del milenio. Después de haber promovido una rebelión
en contra de Dios, durante el «poco de tiempo» que estará
en libertad, Satanás será lanzado en el lago de fuego para
ser atormentado día y noche
para siempre jamás (Ap.
20:10).
PREGUNTAS
1. ¿Qué evidencia
apoya la conclusión de que Satanás existe actualmente como una persona y
que es mucho más que un principio
o influencia maligna?
2. ¿Qué es lo equivocado en la enseñanza de que Satanás causa el pecado directamente en cada
persona?
3. ¿Qué se revela en Isaías 14 con relación al propósito original de Satanás de rebelarse contra
Dios?
4. ¿De qué manera el propósito original de Satanás se refleja en la tentación de Adán y Eva?
5. ¿En qué forma se relaciona el propósito de Satanás con su deseo de ser
adorado por Cristo?
6. ¿Cuándo realizará Satanás por un breve tiempo su propósito
de ser adorado como Dios?
7. ¿Cómo obra
Satanás en aquellos que no son salvos?
8. ¿Hasta qué extremo falsifica Satanás
las cosas de Dios?
9. ¿Cuál es el objetivo de Satanás al atacar a un hijo de Dios?
10. Describir los cinco
juicios progresivos de Satanás.
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